Dismenorrea: causas, síntomas y recomendaciones

La dismenorrea se define como el dolor inmediatamente previo o coincidente con la menstruación y localizado preferentemente en la región suprapúbica.

Afecta en torno al 50% de las mujeres que menstrúan constituyendo el síntoma ginecológico más frecuente en adolescentes y mujeres jóvenes.

El dolor suele ser de intensidad leve, pero en un porcentaje importante de casos puede ser tan intenso que limite las actividades cotidianas con una periodicidad mensual.

Conviene saber que se pueden diferenciar según la causa que provoca el dolor.

Tipos de dismenorrea

Primaria

En ausencia de patología orgánica demostrable. Suele acontecer en la adolescencia, generalmente 1 a 3 años tras la menarquía (comienzo de las menstruaciones).

La causa es desconocida. No obstante, puede deberse a un aumento en la liberación de prostaglandinas (PGF2) procedentes del endometrio. El aumento es progresivo desde la fase folicular y alcanza su mayor producción en las primeras 48 horas de la menstruación. Esta circunstancia coincide con la máxima intensidad de los síntomas y produce aumento del tono del músculo uterino y contracciones de gran amplitud.

También se han relacionado diferentes alteraciones a nivel hormonal esteroideo.

Secundaria

Causada por un trastorno en el sistema reproductivo. Suele aparecer varios años después de la menarquía, alrededor de los 20 años.

Como principales causas se encuentran:

Menos frecuentes son la salpingitis crónica, el empleo de DIU y la obstrucción congénita o adquirida del tracto de salida cervical.

Síntomas asociados a la Dismenorrea

En primer lugar, el dolor. Suele comenzar escasas horas antes del inicio menstrual. Alcanza su máximo en el primer día de regla y suele terminar a las 48 horas.

Este dolor suele ser tipo cólico o espasmódico, de inicio pélvico que puede irradiarse a región inguinal y cara anterior de muslos. Asimismo, puede ser ocasional en alguno de los ciclos o constante en cada ciclo.

Los casos más severos pueden acompañarse de náuseas, vómitos, diarreas, cefaleas y cansancio extremo.

En raras ocasiones, puede cursar con sincopes o pérdida de consciencia.

La intensidad del dolor se diferencia en tres niveles:

  • Leve: Algias menstruales que aparecen en un alto porcentaje de los ciclos. De escasa duración y ausencia de otros síntomas acompañantes. No suele precisar analgésicos ni hay trastornos en su actividad cotidiana.
  • Moderada: El dolor es más intenso y de mayor extensión en el tiempo, puede acompañarse de otros síntomas vegetativos. Se controla con analgésicos que son necesarios para mantener su actividad cotidiana.
  • Severa: el dolor es muy intenso y suele acompañarse de náuseas, vómitos, diarreas, astenia, cefalea e incluso pérdidas de consciencia. Los analgésicos no suelen ser eficaces. De esta manera su vida social y laboral se ve limitada.

Tratamientos disponibles

Será importante la visita al ginecólogo cuando los grados de dismenorrea se encuadren en moderado o severo para comenzar de forma inmediata el tratamiento adecuado.

Tras exploración pélvica, control ecográfico, análisis de sangre y cultivos que descarten una dismenorrea secundaria, se prescribirá la terapia farmacológica más adecuada para aliviar el dolor.

  • Aportar unas medidas generales,
  • transmitir información de los procesos de la fisiología del dolor,
  • aplicar calor local,
  • reducción de la cafeína, chocolate y carnes rojas,
  • aportar suplementos dietéticos, como el ácido graso insaturado omega-3,
  • y practicar ejercicio físico forman parte importante del control de la enfermedad.

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