Anemia en el embarazo: síntomas y tratamiento

Un problema muy común es el desarrollo de la anemia en el embarazo. Ante esta situación, es importante iniciar un tratamiento con suplementos, pues de no tratar puede dar lugar a complicaciones. Así nos lo explica la Dra. Isabel Rodríguez Piñero, ginecóloga de la Unidad de la Mujer, en el último vídeo publicado en su cuenta de Instagram, y cuyas claves aquí os reunimos.

Síntomas de la anemia en el embarazo

Pueden darse casos en los que la anemia durante el embarazo sea asintomática. Sin embargo, también puede dar lugar a síntomas como astenia, disnea, taquicardia, cefalea….

El diagnóstico se realizará mediante una analítica completa, y además requiere de un estudio para descartar causas secundarias y determinar qué tipo de déficit hay.

De este modo, el 50% de los casos de anemia en el embarazo se debe a déficit de hierro (lo que se llama ferropénica), pero también puede deberse a un déficit en el ácido fólico, la vitamina B12 o por hemoglobinopatías (lo que llamamos talasemias).

Tratamiento para la anemia en el embarazo

La recomendación para cualquier mujer embarazada es suplementar con 30 mg- 40 mg de hierro al día, que ya incluyen casi todos los suplementos vitamínicos que se toman durante la gestación.

Sin embargo, en caso de tener que tratar una anemia en el embarazo, se suplementa con 60 mg-100 mg de hierro.

Así, existen dos tipos diferentes de hierro. Lo que se recomienda es comenzar el tratamiento con sales ferrosas, que tienen más biodisponibilidad, pero no siempre se toleran bien a nivel gástrico (Ferbisol, Ferro Sanol…). Y por otro lado tenemos las sales férricas, que tienen menor biodisponibilidad, pero se toleran mejor (Ferplex, Profer…).

Muy importante saber que, al tomar el hierro, hay que separarlo de ciertos alimentos (cereales, leches, espinacas…) y determinados medicamentos como el Eutirox, utilizado para tratar el hipotiroidismo, y que toman muchas embarazadas. Se recomienda separar por tanto la ingesta de hierro unas dos horas.

Por último, las sales ferrosas se toman en ayunas y se absorben mejor con cítricos (zumos, frutas…), mientras que las sales férricas se pueden tomar 1-2 horas antes de la comida, pero también durante o después de la comida principal.


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