Alicia Muñoz Ahijado, jefa de personal de la UDM. Carta desde mi sofá…

Porque aunque este Castellano nuestro tan rico nos permite ‘ser’ y ‘estar’, yo elijo ‘estar’ con vosotros a ‘ser’ simplemente la que firma esta carta.

En este momento especialmente complicado debido al Covid-19, Alicia Muñoz Ahijado, jefa de personal de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional, ha querido escribir estas palabras a modo de reflexión.

Carta desde mi sofá…

Son muchos los avatares que nos da la vida, muchos los momentos que por insignificantes que parezcan nos marcan a fuego y se quedan con nosotros formando parte de nuestro propio ser. Seguro que si pudiéramos estar juntos y nos sentáramos formando un círculo podríamos contarnos muchas cosas y nos reiríamos o lloraríamos juntos. Nos daríamos cuenta de que nuestros problemas no son tan distintos, que nuestro orden de prioridades es ahora más fuerte y definido que nunca y que nos conocíamos menos de lo que pensábamos.

Os echo de menos…

Es quizá la frase que más resuena en mi cabeza. Y ese «Os echo de menos», que podría gritar por la ventana y no sería consuelo para mí, va dirigido a todos vosotros. No importa quiénes seáis ni en qué faceta de mi vida estéis implicados.

Pero no grito, aplaudo. Todos los días a la misma hora. Y veo a mis vecinos con la misma sudadera de ayer, y el moño… Y les miro y me veo reflejada en ellos, y mis miedos son sus miedos, y mis lágrimas son sus lágrimas.

Muchas veces la vida me ha tumbado y he vuelto a levantarme, pero esta vez es distinto. Esta vez estáis ahí, cada uno con vuestras cuatro paredes y vuestras incertidumbres, esperando a que nos dejen ser. Porque si no estamos juntos no somos nada, nada más que un montón de rostros tristes que no saben adónde van. Porque aunque este Castellano nuestro tan rico nos permite ‘ser’ y ‘estar’, yo elijo ‘estar’ con vosotros a ‘ser’ simplemente la que firma esta carta.

Y te das cuenta cuán insignificantes somos sin ser algo de alguien o formar parte de algo. Qué frágil es todo lo que realmente nos llena y nos importa, esas cosas que no se compran con dinero… familia, amigos, compañeros, libertad, amor… Algo que dábamos por hecho y que teníamos, pero que es lo que esta guerra nos ha arrebatado.

Desde mi sofá…

… el de siempre -que ahora parece distinto y no tan cómodo porque hace las veces de oficina-, os digo que estoy orgullosa de vosotros. Es cierto que de esta saldremos todos juntos, porque solos no valemos nada.

Siento que es momento de mirar hacia adelante, mirar más allá de lo que la pared que tenemos delante nos permite. Pensar en aunar fuerzas, en decirnos todo lo que nunca nos dijimos, en planear la vida de otra manera, en valorar eso que hemos perdido y que no todos recuperaremos. En mirarnos el alma y no el peinado, agarrarnos los machos y empezar desde cero. Porque un día habrá que hacer balance de todos esos terribles números que acumulamos ahora, números hacinados hasta en pistas de hielo, números que dejarán al IBEX 35 en la calle y a la intemperie, números de carencias y tristezas.

El día en que pueda sentarme con vosotros en círculo y, por qué no, con una cerveza fresquita delante y, si puede ser, un bonito paisaje detrás; ese día que podamos hacer ese círculo y contarnos nuestras cuitas, que podamos vernos la sonrisa y no solo imaginarla, que podamos abrazar a los abuelos y ver a los niños correr por la calle… ese día llegará y veremos la magnitud real de lo que estamos viviendo ahora. Y quizá eso, espero, nos sirva para vernos de otra forma y nos haga ser más felices de lo que antes éramos.

Cansada ya de abrazos virtuales, os hago desde aquí un… ‘Vale por un Achuchón con Beso’.

Vuestra esta que os quiere…
Alicia

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