Duelo perinatal: sentir y tratar la pérdida

La especialista de la Unidad de la Mujer Elena Iracheta relata en qué consiste el duelo perinatal y cómo se debe abordar su tratamiento desde el punto de vista profesional.

Según la OMS, Organización Mundial de la Salud, el periodo perinatal se extiende desde la semana 22 de gestación hasta la primera semana de vida del neonato.

Desde el punto de vista obstétrico:

Muerte fetal

Es la muerte del producto de la concepción antes de la expulsión o su extracción completa del cuerpo de la madre, independientemente del tiempo de duración de embarazo. Se divide en:

Muerte fetal temprana

Todas las muertes desde la concepción hasta la semana 22 de gestación. Estaríamos hablando aquí de los abortos.

Muerte fetal intermedia

Muertes fetales que tienen lugar entre la semana 22 y la 28 de gestación.

Muerte fetal tardía

A partir de la semana 28 de gestación.

Muerte neonatal

Es la muerte del recién nacido en las primeras 4 semanas de vida (28 días):

Muerte neonatal precoz

Del recién nacido en los primeros 7 días de vida.

Muerte neonatal tardía:

Del neonato desde los 7 días completos hasta los 28 días completos de vida.

Duelo perinatal

Las causas de la pérdida perinatal pueden ser múltiples y complejas, no siendo posible identificar causa de la misma en muchos casos.

Las pérdidas perinatales experimentan las mismas reacciones que otras situaciones de duelo, pero con características especiales, algunas de ellas son:

  • La primera pérdida es la pérdida real del bebé.
  • Otra es la pérdida de la etapa de la vida en la que están inmersos los padres en ese momento, que es la pérdida del ‘futuro de esa pareja’. La pérdida de la ilusión.
  • Pérdida de la ‘creación del bebé’. El bebé representa la vida, y la muerte del mismo es mucho más difícil de asumir que otras pérdidas en la vida.
  • En algunos casos, los padres se enfrentan a ‘pérdidas acumuladas’. Por ejemplo, si ya se han enfrentado a otras pérdidas anteriores (abortos) o si el embarazo es resultado de un tratamiento de fertilidad… En estos casos, la resolución de este conflicto conlleva mayores complicaciones en la recuperación psicológica de los padres.

Sintomatología asociada al duelo perinatal

La sintomatología más frecuente frente a las pérdidas es (Moscarello, 1989):

A nivel…

  • físico: estómago vacío, opresión, fatiga, debilidad…
  • conductual: aislamiento social, evitación de mujeres embarazadas, bebés y niños, insomnio, falta de apetito…
  • cognitivo: dificultad de concentración y toma de decisiones, ideas intrusivas sobre el tema, fenómenos perceptivos como oír llantos de bebés o seguir sintiendo sus movimientos.
  • emocional: rabia, fracaso, confusión, culpa, incredulidad…

En el duelo es normal experimentar sentimientos de depresión y pueden confundirse estos dos procesos. Durante el duelo es frecuente que las mujeres experimenten tristeza por el hijo perdido. Es normal que aumente su sentimiento de evitación de mujeres embarazadas y bebés. Todos estos sentimientos irán evolucionando de manera correcta, cosa que no sucede en la depresión.

El tratamiento psicológico en este tipo de duelo tan especial debe iniciarse en el mismo momento en que sucede la muerte perinatal. Cuanto más cercano sea en el tiempo, mejores resultados se obtendrán.

El acompañamiento debe ser constante en los primeros días desde el suceso; pero también dejando espacio para la expresión de sentimientos de los padres en soledad. Hay que saber adaptarse a la situación y a la pareja, estar ahí respetando los tiempos.

Hay que formar a los profesionales para que sean capaces de manejar este tipo de situaciones.

La intervención psicológica debe basarse en:

  • Ayudar a la expresión de sentimientos por parte de la pareja de forma conjunta. También de cada uno por separado en la medida en que lo necesiten.
  • Acompañar en dudas, temores, incertidumbres…
  • Vincular pérdidas y traumas del pasado con el duelo presente.
  • Enseñar estrategias para el manejo de situaciones familiares y laborales.
  • Poder escuchar al otro y escucharse a sí mismo.
  • Expresar sentimientos ligados al recuerdo.
  • Ayudar a expresar el dolor emocional en toda la familia.

Al final consiste en dejar marchar. En crear la relación necesaria con los pacientes. Enseñar cómo manejar el dolor, evolucionar de forma sana en el proceso de duelo… Para todo ello la figura del médico y del psicólogo clínico son fundamentales.


Artículo escrito por la psicóloga clínica Elena Iracheta.


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