¿Cuándo acudir al ginecólogo? Chequeos imprescindibles en cada etapa de la vida

Por el Dr. Sebastián Sessa, ginecólogo de la Unidad de la Mujer

Muchas mujeres se preguntan con qué frecuencia deben acudir al ginecólogo o si es necesario hacerlo si se sienten bien. La respuesta es clara: una visita al año es fundamental, incluso en ausencia de síntomas. La ginecología no solo trata enfermedades, sino que tiene un papel clave en la prevención, acompañamiento y orientación en cada etapa de la vida femenina.

Adolescencia: el primer contacto con la ginecología

La primera visita debería hacerse entre los 13 y 15 años, aunque no sea para realizar pruebas invasivas. En esta etapa, el objetivo es generar un espacio de confianza en el que la adolescente pueda hablar abiertamente sobre los cambios en su cuerpo, el inicio de la vida sexual, la menstruación y conocer qué es y para qué sirve la ginecología.

Es una oportunidad para educar en salud sexual y reproductiva, resolver dudas, y prevenir situaciones de riesgo. También se puede abordar la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH), altamente recomendable en estas edades.

De los 20 a los 30 años: crear el hábito de revisarse

A partir de los 20 años, es aconsejable establecer el hábito de acudir al ginecólogo al menos una vez al año. Esta etapa suele estar marcada por cambios importantes en la vida sexual y reproductiva. Por eso, durante las consultas se tratarán temas como:

  • Planificación familiar y métodos anticonceptivos
  • Enfermedades de transmisión sexual (ETS)
  • Menstruación irregular o dolorosa
  • Prevención del cáncer de cuello uterino (inicio del cribado con citología o test de VPH)

La ginecología preventiva es clave para detectar alteraciones antes de que generen problemas mayores.

De los 30 a los 45 años: maternidad, fertilidad y control hormonal

Durante esta etapa, muchas mujeres viven la maternidad o enfrentan dudas sobre la fertilidad. Las consultas ginecológicas se centran en:

  • Control del embarazo
  • Diagnóstico precoz de problemas de fertilidad
  • Seguimiento de salud mamaria
  • Evaluación hormonal y menstrual
  • Detección precoz de cáncer ginecológico y mamario

De los 45 a los 55 años: perimenopausia y salud integral

En esta fase, comienzan los cambios hormonales propios de la perimenopausia, que pueden producir síntomas físicos y emocionales. Es un momento crucial para:

  • Evaluar la salud ósea (riesgo de osteoporosis)
  • Tratar síntomas como sofocos, insomnio o sequedad vaginal
  • Reforzar la importancia de la alimentación y el ejercicio
  • Acompañar los cambios psicológicos con empatía y conocimiento
  • Continuar con revisiones mamarias y ginecológicas rutinarias

Después de los 55: menopausia y bienestar

La menopausia no marca el final de las visitas ginecológicas. Al contrario, la salud ginecológica sigue siendo fundamental. Seguiremos acompañando a las mujeres con foco en:

  • Salud hormonal y sexual
  • Prevención del cáncer
  • Control de la salud cardiovascular y metabólica
  • Bienestar general y calidad de vida

¿Y si no tengo síntomas?

Aunque no haya molestias, la visita anual permite detectar precozmente enfermedades que pueden no dar síntomas en fases iniciales, como ciertos tipos de cáncer, infecciones o alteraciones hormonales. Si en algún momento hay señales de alerta (dolor, sangrados irregulares, bultos, cambios en el flujo, etc.), la consulta debe hacerse de inmediato.

En la Unidad de la Mujer estamos para acompañarte a lo largo de toda tu vida.
Ven al menos una vez al año. La prevención es el mejor cuidado que puedes darte.

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