Fisioterapia y cáncer de mama: tratamiento
Fisioterapia y cáncer de mama deben ir de la mano, pues esta puede ayudar a recuperar la calidad de vida cuanto antes, tras haber sido sometida a una intervención.
Fisioterapia y cáncer de mama: linfedema
El linfedema no suele desarrollarse de forma brusca. Los primeros síntomas pueden ser:
- la sensación de pesadez en el brazo o endurecimiento de algunas zonas del mismo, principalmente de aquellas que soportan una presión como la cara anterior del brazo y la región del codo.
- Inflamación que no remite con el reposo;
- menos flexibilidad en las articulaciones;
- cambios de textura en la piel, etc.
Conocer estos primeros síntomas puede evitar el agravamiento posterior del linfedema, ya que permite instaurar un tratamiento precoz de Fisioterapia descongestiva compleja.
Fisioterapia y cáncer de mama: terapia descongestiva compleja
Uno de los tratamientos más aceptados desde la Fisioterapia para tratar con pacientes de cáncer de mama es la ‘terapia descongestiva compleja’.
Este enfoque integral incluye:
- el drenaje linfático manual,
- la compresión de la extremidad inflamada,
- ejercicio físico,
- rehabilitación del hombro,
- ejercicios respiratorios profundos para promover el flujo venoso y linfático,
- tratamiento de las cicatrices,
- cuidado de la piel
- y la educación del paciente en el autocuidado.
La terapia descongestiva compleja se produce en dos fases:
La primera fase es intensiva y el terapeuta tiene como objetivo reducir la inflamación y los síntomas. Esta fase puede durar de 1 a 4 semanas y puede durar de 2 hasta 20 sesiones de tratamiento.
Una vez llegado a una meseta de la mejora, comenzará la segunda fase de autocuidado y reducción del riesgo. Como se ha demostrado en diversos estudios científicos, ejercicio físico, Fisioterapia y cáncer de mama es una alianza positiva de mejora, tanto en la línea de prevención como de tratamiento continuado a medio y largo plazo. Por eso, otra de las actividades para sobrellevar el proceso contra el cáncer es la actividad física que mejora el dolor y la fatiga, dos efectos secundarios muy comunes de los tratamientos.
Fisioterapia y cáncer de mama: abordajes
Conviene empezar con el tratamiento de fisioterapia una vez finalizado el oncológico. Estaremos en la primera fase de la ‘terapia descongestiva compleja’ y, tras la valoración de cada caso, se realizarán los siguientes abordajes:
- Drenaje linfático manual: técnica de masaje realizada sobre la piel con las manos, con movimientos lentos, rítmicos, armónicos y muy suaves. Estos movimientos se deben realizar siguiendo la corriente de los conductos linfáticos, de manera repetida para favorecer el movimiento de la linfa y así conseguir bajar la inflamación de la zona a tratar.
- Vendaje multicapa: vendaje diseñado para mejorar el retorno venoso y linfático en el tratamiento de úlceras venosas. Contención de la inflamación con manguito y guante.
- Ejercicios: respiratorios, diafragmáticos, torácicos altos y bajos y asociados al movimiento con el objetivo de favorecer la movilidad del hombro y evitar la retracción del músculo pectoral, así como favorecer la reducción del edema. Ejercicios dirigidos al aumento de amplitud, sobre todo en abducción y rotación externa, así como de la fuerza muscular, siempre evitando el dolor en medida de lo posible y facilitando la movilización activa y/o pasiva. Es importante una actividad física suave y constante, ya que prevendrá la aparición de atrofia muscular causada por la quimioterapia, además de ayudar a mantener una buena calidad de vida.
- Cicatrices: se tratará aplicando masaje y movilizaciones para aportar elasticidad y evitar adherencias. Es recomendable el estiramiento y la hidratación de la región cicatricial para mejorar la circulación de la zona. Las cicatrices axilares suelen presentar adherencias que se pueden tratar con masaje y ultrasonidos, de esta forma mejoraremos también la movilidad del hombro. Las restricciones en el movimiento y/o la pérdida de sensibilidad en la mama normalmente son temporales y progresivas en cuanto al periodo de recuperación.
Consejos para disminuir el riesgo de linfedema
- Proteger el brazo de lesiones como cortes, quemaduras, pinchazos…, que puedan provocar infecciones.
- Evitar tanto el frío extremo como el calor en la zona tratada.
- Mantener el brazo un poco elevado y no utilizar prendas apretadas.
- Mantener siempre la higiene e hidratación en la zona.
Otras alteraciones a tener en cuenta son:
Alteraciones del sistema nervioso
La quimioterapia provoca en determinados casos neuropatía periférica, una alteración del sistema nervioso que causa dificultades para manejar las manos.
Otra de las secuelas de los tratamientos quimioterápicos es la disestesia o alteración de la sensibilidad de los sentidos, especialmente el tacto. Los pacientes pueden sentir una reacción exagerada al dolor, al roce, al cambio de las temperaturas… y eso lo tratamos también con fisioterapia.
Alteraciones del sistema respiratorio
A causa de las cirugías o de la toxicidad de las quimioterapias. Se trata de ejercicios destinados a recuperar la capacidad respiratoria.
Alteraciones del suelo pélvico
Los tratamientos contra el cáncer pueden provocar sequedad vaginal y atrofias. También se tratan disfunciones sexuales.
Artículo publicado por Inmaculada Camisón Duque, fisioterapeuta de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional.
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