¿Cáncer de mama inflamatorio o mastitis?

Los síntomas del cáncer de mama inflamatorio y la mastitis son similares por lo que pueden llegar a confundirse. Por este motivo, en este artículo explicaremos qué distingue a ambas patologías y cómo abordar cada una de ellas.

¿Qué es el cáncer de seno inflamatorio y cuáles son sus síntomas?

A pesar de que el cáncer de mama es uno de los más frecuentes entre las mujeres, cuando hablamos de cáncer inflamatorio nos encontramos ante una tipología poco común (2-6% de todos los casos), atípica y de síntomas claramente diferenciados.

Dichos síntomas se manifiestan como consecuencia del bloqueo que las células tumorales realizan a los vasos linfáticos en la piel, provocando:

  • Molestias leves que incrementan con la palpación.
  • Cambios en la temperatura y apariencia de la mama, que posiblemente agrandará y engrosará su tamaño.
  • Enrojecimiento de la piel, incluso aparición de hematomas o manchas violáceas.
  • Desarrollo de marcas en la piel que podrían confundirse con la denominada piel de naranja.
  • El pezón también podría verse afectado y, en algunos casos, llegar a hundirse o achatarse.
  • Los ganglios linfáticos ubicados en la axila y encima o debajo de la clavícula pueden inflamarse, agrandarse y endurecerse.

Algunos de estos síntomas hacen que, en primera instancia, el cáncer de mama inflamatorio pueda confundirse con una mastitis, es decir con una infección de la mama.

¿Qué es la mastitis?

La mastitis es la inflamación de la mama y suele ser causada, generalmente aunque no siempre, por una infección en uno de los senos. Esta suele desarrollarse como consecuencia de la lactancia cuando un conducto de leche está obstruido y no drena bien, pero también debido a un corte o abertura en la piel.

La infección provoca que el seno se hinche, inflame, enrojezca, cambie su temperatura y aparezcan dolores o molestias. Además, puede cursar con fiebre o dolor de cabeza, incluso producir síntomas similares a los de la gripe, con malestar general.

El tratamiento indicado para la mastitis generalmente consiste en la prescripción de antibióticos y el vaciado de la leche del seno. Solo en los casos en los que se forme un absceso por la acumulación de pus será necesaria la intervención quirúrgica para drenar dicho pus.

¿Qué ocurre cuando el tratamiento para la mastitis no resulta efectivo?

Si tras un periodo de entre 1 semana a 10 días de consumo de antibióticos los síntomas no han desaparecido por completo, se recomienda acudir al médico a la mayor brevedad posible para descartar la enfermedad oncológica inflamatoria.

El gran problema de esta patología es que suele evolucionar y propagarse de manera muy rápida y no desarrolla un bulto fácilmente detectable a través de la palpación de la mama o una mamografía por lo que su diagnóstico y tratamiento son más complejos.

La clave está, por tanto, en su rápida detección y, para ello, resulta imprescindible acudir al especialista lo antes posible, sabiendo que no todos los síntomas anteriormente descritos tienen que darse de manera simultánea para tratarse de un cáncer de mama inflamatorio, también conocido como carcinoma canalicular invasivo, carcinoma de mama con invasión linfática dérmica o carcinoma inflamatorio de la mama.

Diagnóstico del cáncer de mama inflamatorio

Si los antibióticos no resultan efectivos, tras la exploración física, se lleva a cabo una mamografía para comprobar el engrosamiento de la piel o los ganglios –adenopatía o linfadenopatía-, una ecografía de la mama para evaluar la zona y examinar mejor los ganglios linfáticos y, también, como guía para la biopsia, que será la que confirme la existencia de células cancerosas. Puede que los especialistas requieran más pruebas de imagen y biopsias para realizar un diagnóstico certero y ajustar lo máximo posible el tratamiento.

Tratamiento del cáncer de mama inflamatorio

Debido a las especificidades del cáncer de mama inflamatorio se considera siempre avanzado, bien en etapa III o, incluso, en etapa IV cuando se extiende fuera de la mama y de la axila e invade órganos vecinos o a distancia, es decir, cuando existen metástasis.

Su tratamiento deberá ser abordado desde diferentes disciplinas y normalmente incluirá:

  • Quimioterapia neoadyuvante, es decir, previa a la cirugía, para eliminar o reducir el tamaño del tumor antes de la cirugía. La duración de la quimioterapia dependerá de lo extendida que esté la enfermedad. También se valoraría la quimioterapia dirigida para los cánceres HER2-positivos, es decir, en los que se detecta una proteína que favorece el crecimiento de las células cancerosas aumentando su agresividad.
  • La cirugía consistirá de forma habitual en realizar una mastectomía completa y la actuación sobre los ganglios dependerá de la evaluación que el cirujano realice en la propia intervención mediante la localización y biopsia intraoperatoria del ganglio centinela.
  • Después de la cirugía será necesario continuar con quimioterapia y, en muchos casos, también será necesario tratar con Radioterapia, Hormonoterapia e Inmunoterapia para evitar las recidivas del tumor.

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