Incontinencia urinaria, la gran desconocida
La incontinencia urinaria es una afección común que consiste en la pérdida involuntaria de orina. Se puede presentar en diferentes grados, oscilando desde leve a moderada y hasta incontinencia grave.
Tipos de incontinencia urinaria
Se produce por múltiples mecanismos y se diferencia principalmente en 3 tipos:
- de esfuerzo (la más frecuente),
- de urgencia
- y mixta. Esta última con componente variable de los 2 primeros tipos.
Incontinencia y su incidencia
Es un problema de elevada incidencia en la población, pues la OMS estima que unas 200 millones de mujeres pueden sufrir algún grado de incontinencia.
En países desarrollados, afecta en torno al 25% de la población joven y de mediana edad, y hasta el 50% en mujeres de edad avanzada (>65 años). Es grave entre un 5-15% según los estudios.
No es por tanto un problema que afecte solo a mujeres mayores ni una consecuencia inevitable del parto o del envejecimiento como se suele pensar.
Además, en la gran mayoría de los casos, independientemente de la edad, del tipo de incontinencia o de la causa, esta se puede prevenir y tratar satisfactoriamente.
Por qué es importante solicitar consejo médico
Es sorprendente, atendiendo a estos datos, la escasa costumbre de acudir a buscar asesoramiento por especialistas cuando aparece esta desagradable patología. Es cierto que no es una enfermedad y no suele conllevar consecuencias graves para la salud, pero merma la autoestima, la autonomía y la calidad de vida de las mujeres en ocasiones de manera exagerada.
Probablemente sean los motivos culturales los que reservan esta situación a la intimidad al ver la incontinencia como inevitable en la vida de las mujeres.
Esta situación es alentada por los medios de comunicación y la publicidad, que difunden métodos absorbentes como la única alternativa posible. Esta es una solución alejada de la realidad que conlleva un elevado coste económico y ecológico (por el aumento en la demanda de celulosa).
¿Qué causa la incontinencia urinaria?
La incontinencia urinaria se produce por múltiples causas, que habitualmente van aumentando su incidencia con la edad y sumándose unas a otras.
Principales causas son:
- las lesiones del suelo pélvico producidas en los partos,
- el prolapso de órganos pélvicos,
- algunas cirugías ginecológicas (como la histerectomía),
- infecciones de orina,
- problemas neurológicos
- y la toma de algunos medicamentos.
- También la obesidad,
- la menopausia,
- el tabaquismo,
- la tos crónica,
- el estreñimiento,
- el abuso de cafeína
- o el ejercicio físico intenso.
La solución por tanto dependerá del tipo de incontinencia urinaria, la gravedad de esta y de la corrección de determinados hábitos de vida.
Tratamiento en función del tipo de incontinencia urinaria
Diferenciamos dos tipos de incontinencia:
- Primero, la de esfuerzo. Aquella que produce la pérdida involuntaria de orina asociada a un esfuerzo físico que aumenta la presión abdominal. Como por ejemplo correr, toser, reír o cargar algún peso.
- Segundo, la incontinencia de urgencia. Aquella que produce pérdida involuntaria de orina precedida por un deseo súbito e intenso que produce miedo al escape, en general, urgente.
- La incontinencia mixta será aquella que asocie urgencia miccional y a esfuerzos en diferente medida.
Un diagnóstico correcto y la detección del origen de la incontinencia son imprescindibles para un posterior tratamiento satisfactorio. De ahí la importancia de acudir al especialista, que habitualmente con la historia clínica y una exploración ginecológica tiene suficiente información para indicar el tratamiento.
En ocasiones, principalmente en incontinencias mixtas o de urgencia, se requiere alguna técnica especial, como el estudio urodinámico, para determinar con más exactitud el origen del problema.
Tratamiento de la incontinencia de esfuerzo
La incontinencia de esfuerzo ocurre por el aumento de la presión intraabdominal que produce un aumento de la presión intravesical. El esfínter uretral (dañado por partos, cirugías, tos, estreñimiento, etc.) es incapaz de aguantar dicha presión, produciéndose la incontinencia.
El tratamiento de la incontinencia de esfuerzo variará según el grado de incontinencia que presente la paciente:
Grados leves
En los grados más leves serán los tratamientos conservadores los que indiquemos en primer lugar:
- Como los sencillos ejercicios de Kegel, que, realizados con asiduidad, potencian la musculatura de la pelvis,
- los tratamientos fisioterápicos con técnicas como la electroestimulación,
- y la corrección de determinados hábitos de vida como el tabaquismo, la pérdida de peso, el estreñimiento o la disminución en el consumo de cafeína.
- Asimismo, el tratamiento con el láser fraccionado de CO2 está dando excelentes resultados.
Puede ser suficiente para corregir, o evitar, la progresión del problema, reforzando, o no empeorando, el esfínter uretral y la musculatura que lo sustenta.
Grados moderados o graves
En grados moderados o graves o en aquellas en las que las técnicas conservadoras no hayan sido satisfactorias, será la cirugía la indicada para resolver este problema.
En los últimos tiempos, con la incorporación del láser al área de Ginecología y su combinación con la Fisioterapia, el tratamiento de incontinencias moderadas también puede ser conservador.
No obstante, en los últimos 20 años, por suerte, las técnicas quirúrgicas antiincontinencia han vivido una importante mejoría. Actualmente, con la colocación vía vaginal de las llamadas ‘cintas antiincontinencia’, que reparan el daño de la musculatura pelviana y del esfínter uretral, podemos corregir en una sencilla intervención de 10 minutos un problema que puede llevar persiguiéndonos años.
Las tasas de éxito de estas novedosas técnicas están en torno al 90%. Usando materiales biológicos, reduciendo los riesgos y también el tiempo de hospitalización a menos de un día, permitiendo una solución inmediata y una rápida reincorporación a la actividad diaria.
Tratamiento de la incontinencia urinaria de urgencia
La incontinencia de urgencia, menos frecuente que la incontinencia de esfuerzo, se produce por una contracción anómala o involuntaria de la musculatura vesical. En concreto, del músculo detrusor.
Esta ‘hiperactividad’ del músculo detrusor es lo que habitualmente se conoce como ‘vejiga hiperactiva’. No solo produce incontinencia de urgencia, sino también aumento de la frecuencia miccional.
La principal causa de la incontinencia urinaria de urgencia es de origen neurológico, pero otras causas secundarias también la producen; como:
- el prolapso de órganos pélvicos,
- infecciones repetidas de orina,
- medicamentos (como diuréticos o cafeína…),
- cálculos renales,
- radiación vesical,
- tumores vesicales,
- incluso enfermedad inflamatoria intestinal…
Algunas, difíciles de diagnosticar.
El tratamiento dependerá por tanto del origen del problema y será labor del especialista detectarlo en la consulta.
En la Unidad de la Mujer del Grupo Hospitales Ruber disponemos de múltiples técnicas para realizar el diagnóstico. Como, por ejemplo, los antes descritos estudios urodinámicos para ver el comportamiento de la musculatura vesical, las ecografías renales, cultivos de orina, etc.
El tratamiento de la vejiga hiperactiva y la urgencia que esta produce, una vez descartadas causas secundarias, es farmacológico. Los llamados anticolinérgicos, que también han tenido una significativa evolución en los últimos años. Como por ejemplo la Fesoterodina y la Solifenacina, que permiten en cuestión de semanas (4-8) reducir los episodios de incontinencia con escasos efectos secundarios (ej., la sequedad de boca).
La estimulación de raíces sacras o la utilización de toxina botulínica cada vez tienen más aceptación y eficacia en aquellos casos en los que el tratamiento farmacológico no haya sido efectivo.
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