Cesárea, posparto y cuidados de la cicatriz

La cesárea se realiza mediante una incisión trasversal a dos centímetros del pubis y el resultado estético es muy satisfactorio. No obstante, conviene tener en cuenta unos cuidados específicos para potenciar la óptima cicatrización de la herida y la correcta recuperación de los músculos del abdomen. Hoy veremos cuáles son en este artículo, pero antes entremos en situación.

¿Cuándo se practica una cesárea?

Las cesáreas se practican cuando los partos vaginales están contraindicados. Su uso cada vez está más extendido y las causas que pueden llevar al obstetra a realizar esta intervención quirúrgica o a la madre a solicitarla son muy diversas. Pueden ir desde el cuidado del suelo pélvico de la mujer al miedo materno al parto o el simple deseo de la madre.

Cuando es la propia mujer la que, tras informarse de los pros y contras de los diferentes tipos de parto, decide que prefiere esta alternativa, estamos ante una ‘cesárea a la carta’. Esta no siempre es aceptada por todos los sistemas sanitarios, ya que, por lo general, el gasto que implica es mayor al de un parto vaginal.

¿Qué riesgos conlleva?

Hay pacientes que, tras una complicación de un parto vaginal o sin tener ningún motivo concreto, piden directamente una cesárea. Sin embargo, a pesar de que la cesárea tiene una tasa de complicaciones maternas y fetales muy baja, sí que existen riesgos concretos asociados a ella. Por esa razón, la cesárea solo está indicada cuando hay un motivo justificado para realizarla.

El primero de ellos es el riesgo intrínseco de la anestesia, como cualquier otra cirugía. Sí que es cierto que, actualmente, el uso de anestesia epidural permite que la madre esté despierta en todo momento mientras se le practica esta intervención quirúrgica. Asimimo, evita que los bebés tengan que ser reanimados, tal y como ocurría cuando se aplicaba anestesia general.

Sin embargo, como decíamos, hay otros posibles riesgos derivados de una cesárea, que nos explica la doctora Isabel Rodríguez-Piñero, especialista de la Unidad de la Mujer.

  • Mayor riesgo de endometritis, es decir, de una infección de útero.
  • Posibilidad de hemorragia posparto: en un 18% de las cesáreas, las pacientes pierden más de 1,5 litros de sangre, y en torno a un 2%-4% de ellas necesitan una transfusión posterior.
  • Hay mayor riesgo de lesión de víscera hueca: se puede lesionar el intestino o la vejiga.
  • Mayor riesgo de complicaciones e infecciones en la herida quirúrgica.
  • Mayor riesgo de complicaciones e infecciones de la herida quirúrgica.
  • Mayor riesgo de íleo paralítico, es decir, una obstrucción en el intestino, provocado porque el intestino tarda más tiempo de lo normal en recolocarse, algo que ocurre en un 10% de los casos.
  • Consecuencias propias del uso de antibióticos…
  • Problemas respiratorios en el bebé.

Por su parte, también se pueden dar secuelas de carácter psicológico al verse afectado el mecanismo de respuesta natural en el parto. Otras consecuencias a largo plazo son más comunes en mujeres que han sido insuficientemente informadas. Por este motivo, es muy importante acudir a un centro que ofrezca asesoramiento integral con especialistas de primer nivel.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) se hace eco de la recomendación que los profesionales han considerado de forma habitual en cuanto a la tasa ideal de cesárea. Esta «debería oscilar entre el 10 y el 15 %». Aunque también informa de que no hay estudios de suficiente rigor científico que relacionen esta intervención con el incremento de la mortinatalidad, la morbilidad materna y perinatal o el bienestar psicológico o social, lo cual pone en duda las cifras tan bajas recomendadas de cesárea.

Cuidados posparto tras una cesárea

  • De la misma manera que con un parto vaginal, no se recomienda mantener relaciones sexuales hasta que pasen 6 semanas desde el parto y bajo previa aprobación médica.
  • De igual forma, será el especialista el que recomiende cuándo retomar las actividades cotidianas. Aunque, por norma general, esta reactivación de la rutina deberá llevarse a cabo lo antes posible. El objetivo será el de estimular la recuperación muscular y psíquica.
  • Se considera que caminar puede ayudar a evitar la formación de coágulos de sangre y favorecer los movimientos intestinales. Aunque es posible que los primeros días la mujer se vea obligada a realizar esta actividad ligeramente inclinada hacia delante para minimizar las molestias.
  • La protección de la cicatriz durante los días siguientes a la cirugía es esencial. De esta manera, se aconseja sujetar el abdomen con ambas manos cuando se tose o estornuda, ya que aumenta la presión intraabdominal.
  • Una vez retirados los puntos, la aplicación de geles, parches o aceites esenciales será muy positiva para disminuir la reacción inflamatoria y mejorar la cicatrización con el fin de estimular la recuperación sensitiva de la zona y evitar anomalías en la cicatrización, como las cicatrices hipertróficas o queloides.
  • De manera habitual, no se recomienda el embarazo hasta pasados de entre 6 a 12 meses, siempre y cuando la intervención y el posoperatorio hayan transcurrido con normalidad.
Mano bebé y madre

Problemas durante el posoperatorio tras una cesárea y cuándo acudir al médico

Si el sangrado es excesivo, la necesidad de orinar persiste más de un mes, las piernas duelen, los pechos se enrojecen y endurecen o los pezones se inflaman, sube la fiebre, la cicatriz se hincha, enrojece, presenta pus o duele más de lo habitual, o aparece flujo vaginal de olor intenso y desagradable, se recomienda acudir al médico con urgencia.

Por el contrario, advertir falta de sensibilidad alrededor de la cicatriz durante los primeros días es muy común y no debe suponer causa alguna de preocupación.


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